NOTAS SOBRE CONTRADICCIONES E IDENTIDADES
- IEBC
- 3 dic 2022
- 2 Min. de lectura
POR ANALÍA VISA

Nos encontramos en ese momento en que Jesús comparte con sus discípulos la Última Cena, en una situación propia de una despedida, con una sensación de abandono y de inseguridad por parte de sus seguidores. Él quiere darles ánimo para que no caigan en desesperanza.
Lectura Juan 16:29-33 "Sus discípulos le dijeron: Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios. Jesús les respondió:"¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo”.
Reflexión del texto: Este diálogo refiere no solo las inquietudes de sus discípulos, sino que evidencian las mismas realidades de las comunidades de la época y las de hoy. Esto significa que los evangelios han sido y siguen siendo espejos de tristezas, angustias, alegrías y esperanzas, pero que gracias al Maestro reciben valor y claridad. Jesús sabía que a pesar de la buena voluntad de los discípulos sería necesario advertirles que el fervor se desgastaría rápidamente y se dispersarían. Él conoce sus corazones y los trae de vuelta a la dura realidad que Él y ellos deberán enfrentar. A pesar de todo, los amó tal cual eran, les dejó pasar sus fallas presentes, sabiendo en que se convertirían.
Juan 16:32 “… y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.”. Esta es la fuente de la certeza de Jesús y, a través de Jesús, esta es y será la fuente de la certeza de todos nosotros.
Juan 16:33 “Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo”. Estas palabras serán fundamento de paz y firmeza para ellos y para nosotros hoy en día. Paz y ánimo nos quiere dar Jesús. La paz significa que Él estará con nosotros siempre. El ánimo de saber que la fortaleza de Dios surgirá a través de nuestra debilidad humana.
Reflexión personal: ¿Nos sentimos desanimados/as por nuestros fracasos? ¿Hablo a Jesús sobre mis miedos y le pido que me dé la fe en su poder para seguir adelante? ¿Confiamos en que con Dios podemos superar los obstáculos y los desafíos en nuestras vidas? ¿Hemos experimentado alguna vez la paz de la que habla Juan? Este valor del que habla Jesús, no es un valor que venga de nuestras propias fuerzas. Más bien, puestos los ojos en Él, fortalecidos en nuestra relación con el Padre, sigamos adelante por medio del Espíritu y en su gracia, renovando nuestros pensamientos, sin las trabas de las faltas pasadas, siempre abiertos/as al crecimiento y al cambio.
Oración: Señor en éste tiempo tan especial que nos toca vivir, te pedimos como comunidad que no nos dispersemos cada cual a lo suyo. Que juntemos el valor que pusiste en nuestros corazones para afianzar los lazos entre nosotros y así atender las necesidades de todos. Amén.
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