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NOVIEMBRE 2020

  • IEBC
  • 3 dic 2022
  • 3 Min. de lectura

POR CARMEN UMPIÉRREZ

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El mes de noviembre es el tiempo previo al último tramo del año, hasta hace 12 meses atrás, nada más, aunque parece que pasó mucho tiempo, era un tiempo donde se realizaban informes de programas, donde en los espacios de trabajo se realizaban balances, se festejaba, se despedía el año esperando con expectativas el nuevo tiempo. En esta nueva realidad, veremos cómo vamos a manejarnos, si nos reuniremos, cómo lo haremos, cuántos y cuántas, etc.

Pero este mes tiene fechas muy importantes que, a veces, la vorágine nos hacía olvidar y que ahora pretendo rescatar en este escrito.

19 de noviembre: Día Internacional para la Prevención del Abuso Sexual en la Infancia y el 25 de noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer.

Las investigaciones hablan de niñas y niños, víctimas de violencia sexual en su infancia. ¿Por qué en su infancia, y no abuso sexual infantil como se lo denominaba? Eva Giberti, especialista en la materia, explica que si se utiliza el término infantil se puede llegar a naturalizar este hecho como parte de la niñez, en cambio, si se lo nombra en la infancia, se habla de una violencia perpetrada en algún momento de la infancia o adolescencia.

¿Por qué es necesario hablar y visibilizar este tema desde las comunidades de fe? Porque:


En el Informe «Estado Global sobre la prevención de la violencia contra los niños 2020» publicado por la ONU, en junio de este año, refiere que se estima que 120 millones de niñas han tenido algún tipo de contacto sexual contra su voluntad antes de cumplir los 20 años.

Jesús, en Mateo 18:3, nos dice que debemos volvernos como niños y niñas para entrar en su reino; en el capítulo 19:14 nos advierte que no le impidamos llegar junto a Él y en el capítulo 21:16 dice que la alabanza ha sido perfeccionada en los niños y las niñas. Si bien no son los únicos, son un buen ejemplo de la importancia que Jesús les da a los niños y niñas. Entonces, si nuestro guía, a quien llamamos maestro, demuestra esta preocupación y atención en la infancia, ¿no deberíamos hacer lo mismo?

Este 19 de noviembre podemos visibilizar en nuestras redes el compromiso que tenemos como seguidores de Cristo, en defensa de la infancia. Usemos todo lo que tengamos a mano, que no pase inadvertido este delito aberrante, demostremos que no nos da lo mismo. Levantemos nuestras voces proféticas, denunciando y trabajando en la prevención, en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestros entornos; que estos secretos bien guardados salgan a la luz para que se puedan reparar daños.


La otra fecha que necesita nuestro compromiso es el 25 de noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer. Hasta julio, en Argentina se produjeron 168 femicidios (muertes de mujeres por motivos de género) y hasta septiembre, la línea 144 recibió 22,709 llamadas por violencia de género. Así mismo, poco se habla de los feminismos en las congregaciones, sin embargo, buscar la igualdad es un principio bíblico. En el principio fuimos creadas a imagen y semejanza de Dios, al igual que los varones, Jesús les dio voz a las mujeres de su tiempo, las sanó, acompañó, consoló y hasta se permitió debatir con ellas.

Los feminismos, al igual que las infancias, necesitan contar con hombres y mujeres de fe, que denuncien, acompañen, sanen y muestren el amor de Cristo a través de sus acciones y de su pacto de no complicidad. Jesús siempre estuvo del lado de los vulnerados, de quienes sufrían, de los padecientes, miremos de qué lado nos estamos colocando, sigamos las pisadas del Maestro, amemos, consolemos, escuchemos, mostremos que el reino se acerca, que estamos dispuestos y dispuestas porque como dice el profeta Isaías:

Me ha enviado a predicar buenas nuevas a las abatidas, a vendar a las quebrantadas de corazón, a publicar libertad a las cautivas, y a las presas apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todas las enlutadas.


Este 19 y 25 hacete oír, dejate ver, digamos: ¡Basta de abusos y violencias! Porque:

De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno y una de estos mis hermanos y hermanas más pequeñas, a mí lo hicisteis.

 
 
 

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